Mayo del Año 2015, me encontraba pronto a brindar una serie de conferencias en la Cumbre Internacional de Marketing que se realizaron en las sedes de Quito y Guayaquil (Ecuador).

Recientemente un duro golpe, hacia un mes del fallecimiento de mi padre, con muy poco duelo mediante, que por momentos me hacía dudar de viajar. Pero con muchas expectativas, tanto de las personas que me habían contratado como de colegas, amigos y familia para que siguiera adelante, que sería un gran paso en mi carrera, y de ello también comencé a convencerme.

Estando instalado ya en Quito pensaba, a quien no le gustaría le paguen los traslados a otros países, instalarse en lujosos hoteles, trabajar de lo que a uno supuestamente le gusta, cobres muy bien en dólares y te aplaudan 200 personas o más en cada charla por lo talentoso que eres.

Parecía todo un bello sueño. Por otro lado recuerdo en ese entonces fumaba dos atados de cigarrillos por día, creo llegaba a encender uno apenas abría los ojos por la mañana, y estaba unos 15 kg por encima de mi peso normal, a todo esto bastante medicado por los fuertes dolores de cabeza que parecían interminables, y que cada día se agudizaban, sin demasiadas respuestas médicas a que podía motivarlo.

No obstante, miraba con cierta vergüenza mi cartel y publicidad como conferencista internacional. Me alentaba a mi mismo pensando que estaba haciendo lo que había estudiado y motivaba el reconocimiento de la gente que valoraba la forma de transmitir esos conocimientos

Por la tarde-noche, luego de finalizada la charla en Quito, fuimos con los otros disertantes a festejar la exitosa jornada al bar del lujoso hotel. Pero no recuerdo detalles lindos de esos festejos, sino la interminable noche que pasé a causa de la terrible cefalea, como nunca antes, me desesperaba buscando algún calmante que parecían simples aspirinetas, mientras fumaba desconsolado creyendo eso también podía ayudar.

Entre lágrimas de fastidio y sensación de vacío que recorrían mi cuerpo, ¿ cómo podía sentirme tan mal con todo lo bello que estaba sucediendo alrededor?.. ¿porqué no podía disfrutar de algo para lo cual creía estar preparado y esperaba desde hace tanto?

A partir de allí es que comencé a cuestionarme si esto significaba alcanzar algo de eso que solemos tener como noción del éxito en la vida, que por un lado desde el punto de visto racional-habitual, llegar a esos niveles de reconocimiento podría ser normal y que bien merecido lo tenía, pero mi cuerpo no disfrutaba de ello, mi cabeza intentaba aceptar la realidad, sin embargo, algo en mí muy profundo lo rechazaba hasta con cierto fastidio, síntomas que se irían agravando.

Aquí es donde aparece la primera hipótesis; En nuestro cuerpo funciona una inteligencia sensitiva e intuitiva más evolucionada, que si aprendemos a escuchar – percibir podríamos contar con otros parámetros más evolucionados para repensarnos, una información inédita sobre nosotros y sobre la aparente realidad; que habitualmente nos bombardea con diferentes estímulos, acrecentando nuestras fantasías, que promueve esa realidad ilusoria.

Me preguntaba en serio que significaba «estar bien» en este contexto; si el dinero, confort, lujos y aplausos tenían que ver más con lo que observaba y en satisfacer mis deseos racionales-habituales y el de las personas, esa necesidad que tenemos de ser reconocidos y que ello me permitía Ser alguien en el mundo. Que para muchos hasta aquí esto puede sonar hasta «normal». Que en este contexto sería una aparente Normalidad

Pero en medio de tantos malestares físicos, me venían preguntas quizás más profundas, como ¿ Si no estoy disfrutando y pasándola bien.. que estoy haciendo aquí ?, Si acabo de terminar una charla con más de 200 personas aplaudiendo porqué me siento tan vacío y con tantos dolores?.

La gente no se entera quien está detrás de esa máscara, mucho menos de la puesta en escena de ese show, sólo quiere escuchar cosas bonitas; sobre los beneficios y bondades de como hacer de sus vidas más sencillas y menos drásticas. Entonces comenzaba a darme cuenta de esa pieza clave que resultaba ser en ese engranaje para que el pan y circo siguiera su majestuoso curso.

Era un comenzar a pensar y sentir desde otra perspectiva, observarme y reconocerme haciendo ese papel con esa máscara cotidiana pero sin identidad, un personaje con disfraz queriendo ser alguien ante el público, quizás con la influencia de lo que había estudiado, de las experiencias laborales, familiares, culturales.. en fin, de lo que solemos tomar de la vida para decir que eso «somos».

Avanzando y siguiendo con el hilo de la hipótesis; Comenzar a percibir que existe en nuestras profundidades algo auténtico por descubrir, que no tendría que ver con; lo conocido, estudiado o experiencia de vida, sino con lo que nos hace esencialmente humanos, una enorme capacidad para crear y descubrir más sobre nosotros mismos y del entorno, que desconocemos hasta ahora, pero estaría en nuestros genes.

Síntomas mediante, ir transitando un inédito camino, desde donde conjeturo; me permite ir percibiendo poco a poco la realidad como algo estático e insoportable que nos van imponiendo y nosotros convalidando, que impide escuchemos eso más genuino y digno que brota desde las profundidades del cuerpo pidiendo a gritos salir.

Mientras ese rugir del circo ensordecedor y el brillo de sus luces que nos hipnotiza para que nunca nos cuestionemos nada, y allí es donde entran en juego lo inobjetable y superficial de los indicadores de esta aparente realidad; sobre lo bueno o malo que vamos creyendo y normalizando, resignándonos al «esa es la vida» (por lo que observamos) y así nos vamos alejando de descubrir algo de la verdad, más auténtico, de lo que Somos y podríamos Ser.

¿Y cómo Intentar Ser alguien con Auténtica Identidad? – En ese contexto; ir reconociendo que no sería lo que nos ofrece el mercado social de manera estandarizada, el cual compramos rápidamente por estar así adoctrinados desde pequeños, así vamos conformando nuestras pseudo-identidades (máscaras habituales), desconociendo podríamos ir descubriendo algo de un Ser Auténtico. Despertar y comenzar a pensar por nosotros mismos, así dejar de repetir la historia.

Máscaras de una aparente realidad, que voy presentando a modo de hipótesis, cuyas características estructurales de base van construyendo una realidad ilusoria, que se retroalimenta de una relación de manipulación y complicidad con un poder oculto que tendrían en claro que; «nos engañan porque nos gusta ser engañados«. Que amplío en este Titulado: ¿ Quién Construye la Realidad ? –►►https://www.sebastianbrizuela.com/ok/quien-construye-la-realidad/ ◄◄–

Máscaras de personalidad que van teniendo sustento en mi caso en ese entonces, gracias a los reconocimientos, premios, escenarios, aplausos, un supuesto evolucionar con los valores del establishment que va determinando así con su vara; quienes serían personas exitosas o fracasadas, de acuerdo a lo que uno alcanza o tiene en la vida, siendo su parámetro principal lo económico. (Homo Económicus)

Ese tipo de valores ya dejaban de hacer eco en mi, si bien es importante el dinero y el reconocimiento social, comenzaba a plantearme no tenía mucho que ver con estar o sentirse bien, una fuerte sensación daba señales había algo mucho más importante que tenía que descubrir o al menos intentarlo.

Percibía caminos diferentes y sin retorno que me indicaban tenía que comenzar a decidir y tomar decisiones, pero cotejando uno con el otro, dejando de lado los parámetros habituales y teniendo más en cuenta la sensibilidad corporal y los síntomas que estaban a flor de piel, como intento transmitir en estos momentos, el cual invito dignamente hacerlo.

Resultaba muy complejo poner en pausa mi cabeza, con lo que ello implicaba en lo cotidiano, pero era necesario para comenzar a discriminar lo que parecía lindo pero me hacía mal, el brillo de las luces allá afuera y una intensa sensación de vacío por dentro, repetir conceptos en conferencias o intentar descubrir desde mi que era pensar y sentir, fascinar a la gente hablando de técnicas o despertarlas para que comiencen a pensar por si mismas, que puedan descubrir sus propias recetas y no copiarlas, como nos suelen enseñar desde niños.

Ese fue un comenzar a escuchar los síntomas, cuyas hipótesis iría cotejando entre una realidad ilusoria y otra profunda que desconocía, mientras ello me iba haciendo tomar distancia de ciertas personas y lugares que percibía no me hacían bien, esto incluía no sólo relaciones del ambiente laboral, también el circulo intimo y familiar, iba descubriendo una inédita forma de pensar y sentir la realidad que se estaba gestando y que poco a poco comenzaba a desplegar ciertos matices para tomar mejores decisiones.

Durante este proceso, el cual sigue aún, ya que se trata de un transitar la vida mientras vamos intentando descubrir lo más auténtico de nosotros y del entorno, conjeturo fue necesario perderme un tiempo, quizás sea un camino donde habita lo más oscuro de nosotros y de la realidad, que por momentos aterra y angustia, pero desde allí se siente y percibe más esperanzador, ya que no necesitamos taparnos e inventaros el cuento de lo que somos, para justificar absurdamente ese desconocimiento.

Otro detalle hipotético, mientras más me pierdo y siento a través de mis profundidades voy descubriendo no estamos solos como nos hacen crecer y creer (seres individualistas), allí habita algo de lo esencialmente humano que «somos y nos trasciende», desde donde funcionaría otro inédita manera de pensarnos y relacionarnos con el otro (Tenerlo en cuenta), que implicaría otra forma de mirarnos, sentirnos y comunicarnos, desde un Ser auténtico, hasta ahora desconocido, que tiene como parámetros la creatividad, la dignidad y el sentido de la reciprocidad para que podamos compartir y disfrutar de una vida más sana y vital que nos haga ir evolucionando humanamente..

Gracias por acompañarme hasta aquí en este transitar.

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